viernes, 1 de enero de 2016

La jerarquía de técnicas predictivas - Robert Hand


Aquí presento una traducción no de un autor clásico, sino de la introducción al pequeño compendio Dorotheus, Orpheus, Anubio & Pseudo Valens, Teachings on Transits (Enseñanzas en tránsitos). Traducido por Robert Schmidt y editado por Robert Hand para Project Hindsight. Aquí, éste último realiza una esquematización de la jerarquía de técnicas predictivas utilizadas por los antiguos.
Podemos encontrar unos pocos pasajes de autores clásicos y una explicación de los viejos métodos puestos en orden. Se trata de una introducción pensada para un libro que, como su nombre ya adelanta, aborda un tema serio en la mal lograda astrología moderna, los tránsitos. Lo cierto es que si queremos hablar de tránsitos en un contexto tradicional, tenemos que hablar de todas las otras técnicas que sirven de sustento a su aplicación, sépase direcciones y profecciones. Así, estas cuatro páginas son un resumen bastante ejemplificador del modelo jerárquico en donde encajan.
 

ROBERT HAND

La jerarquía de técnicas predictivas

La astrología moderna cuenta con una amplia variedad de técnicas predictivas, pero no hay un conjunto de principios que estructuren la relación que hay entre unas y otras. Por ejemplo, ¿cuándo uno ha de utilizar direcciones secundarias en oposición a tránsitos,  direcciones terciarias u otro tipo de direcciones? La respuesta usual parece ser que usar cualquiera que parezca “funcionar”. Por supuesto hay algunas consideraciones prácticas. Uno no puede usar los tránsitos de los planetas internos y la Luna para predicciones a largo plazo por la simple razón que se mueven demasiado rápido y tienen un periodo de influencia muy corto. De modo similar, no podemos hacer mucho con las direcciones secundarias de los planetas externos porque difícilmente se mueven un poco en el curso de una vida normal. Esto le da a los tránsitos y a las direcciones secundarias una obvia complementariedad, pero no una distinción real en cuanto a su propósito y utilidad. ¿Cuándo debe uno usar direcciones directas o normales en oposición a las direcciones conversas o inversas? No es suficiente lo que muchos astrólogos hacen: proliferar en técnicas predictivas hasta que todo haya sido explicado (después de que los hechos hayan ya ocurrido, por supuesto), con cada evento, cada periodo característico en la vida de un nativo, siendo explicado con el uso de una técnica astrológica diferente. Todo esto no sólo parece caótico desde un punto de vista estético, sino también está vacío de método, no puede describir eventos antes de los hechos, ni siquiera en términos generales. Y también, la proliferación de métodos significa que muchos aparentes “hits” dados por estas técnicas son en realidad accidentes y no tienen bases en principios astrológicos. Aquellos ciertamente no “prueban” que la astrología “funciona”. 

Así mismo, nuestro uso de los tránsitos como es explicado en los trabajos modernos (incluyendo cierto trabajo de nuestro editor) no tienen ninguna manera de determinar cuáles tránsitos son importantes y cuáles no. Ciertamente sabemos que algunos tránsitos tienen un enorme impacto sobre los nativos y otros no. También sabemos que esos tránsitos que son fuertes y aquellos que son débiles varían de nativo en nativo.

Los métodos antiguos abordan estos dos problemas directamente, y mientras que no sabemos en este momento cuán efectivos pueden ser en la práctica moderna, al menos los antiguos creían que podían hacer tales distinciones. Los siguientes pasajes de los escritores antiguos y medievales dilucidan los principios básicos del sistema. El primero es de Ptolomeo e incluye pasajes que Schmidt también incluye en su prefacio. Lo hemos impreso en ambos lugares para salvar al lector de la necesidad de estar dando vueltas a las páginas atrás y adelante.

“Tomaremos los cronocractores generales de la forma susodicha [i. e., por direcciones primarias descritas en los párrafos previos del Tetrabiblos]. Y tomaremos los cronocractores anuales al proyectar el número de años desde el nacimiento, para cada uno de los lugares aphéticos, en la dirección del signo sucedente a un año por signo, y adoptando el regente del signo dónde la cuenta termina. Haremos lo mismo con los meses, de nuevo proyectando el número de meses desde el nacimiento desde el lugar que toma la regencia del año, a 28 días por signo. También de manera similar con los días; para éstos proyectaremos los días desde el nacimiento desde el lugar de los meses a dos y medio días por signo.

»Debemos también prestar atención al ingreso hecho a los lugares de los tiempos, en tanto que no producen ordinariamente una contribución a los efectos de los periodos-de-vida, y en especial el ingreso de Kronos relativo a los lugares de los tiempos generales; aquellos de Zeus relativos a los lugares de los años; aquellos del Sol, Ares, Afrodita y Hermes relativos a los lugares de los meses; y a los tránsitos de la Luna relativos a los lugares de lo días. Esto es porque los cronocractores generales tienen más autoridad para el cumplimiento de los efectos, mientras que los cronocractores particulares cooperan o frustran de acuerdo con sus naturalezas congénitas o incongénitas. Pero los ingresos terminan con la intensificación o relajación de los efectos. Los lugares aphéticos y el señor de los tiempos generales, junto con el señor de los términos, significan la propiedad general de la cualidad y la prolongación del tiempo…” 

El segundo pasaje está basado en el de Ptolomeo citado arriba, pero es del Sumario de Doroteo en tránsitos de Stephen, el filósofo.

“Uno no necesita examinar el ingreso de todas las estrellas, sino solamente aquellos de los señores de los tiempos o aquellas de los encontradores [promisores] y señores de los términos. Y porque Ptolomeo dice que la misma estrellas debe tener autoridad sobre los tiempos y sobre el ingreso, el efecto es sin mescla. Y hemos encontrado, siguiendo nuestras constantes investigaciones, que el ingreso por sí mismo contribuye en gran medida a los efectos de los periodos-de-tiempo; no solamente el ingreso de aquellas estrellas que tienen autoridad en la raíz [la natividad], sino también esos ingresos que son encontrados sobre los lugares de los tiempos por circumambulación [direcciones primarias]. Hemos encontrado que Ptolomeo da certeza de esto en los libros segundo, tercero y cuarto del Apotelesmatics”.

Y estas técnicas no desaparecieron en la astrología medieval y renacentista. Schoener en el Opusculum Astrologicum, libro IV, Canon XII, dice lo siguiente: 

“Primero considera los cinco Hylegs, el Ascendente, el Sol, la Luna, Parte de la Fortuna y Medio Cielo, y la conjunción u oposición que inmediatamente precedió la natividad. Luego considera las direcciones de éstos a los maléficos y benéficos. Éstos inmediatamente inducen un afecto que dura hasta que el [significador] aplica a otro lugar. Y esto es llamado el periodo universal, el cual debes observar en conexión con las direcciones de los significadores mencionados arriba.

»Debajo de estos periodos universales se encuentran otros periodos particulares que se dan por la dirección de los significadores en un término de un signo y luego en otro. Esto es llamado una división, y este periodo añade o substrae de la influencia del primer periodo, en tanto si acuerda o desacuerda con las significaciones del primer periodo.

»El tercer periodo es la profección de los significadores, la cual cambia cada año de un signo a otro. Y en este otro periodo otra división es impresa, buena o mala, la cual, considerada en sí misma, ya fuerte o débil, incrementa o disminuye la significación de los años del periodo anterior.

»También hay tránsitos de los planetas a los susodichos lugares, lo cual es una consideración en sí misma. Porque, en el caso de Saturno, consideramos el tránsito de su cuerpo de acuerd a los lugares de los periodos universales. En el caso de Júpiter, tomamos el tránsito de su cuerpo en consideración de acuerdo a los lugares del año, esto es, de acuerdo al signo de la profección anual. De cualquier forma, en el caso de Marte, el Sol, Venus y Mercurio, sus tránsitos son considerados de acuerdo a los lugares de la profección mensual, y en el caso de la Luna, de acuerdo a la profección diurna.

»Por ejemplo, en la disposición del periodo universal, Saturno es señor concerniente a la disposición de la condición del cuerpo, esto debido a su locación en el Ascendente. Luego, en este tiempo, el accidente aparecerá de manera más fuerte que si tan sólo hubiera sido el regente del periodo universal. De igual manera, en este tiempo que es significado aparecerán los accidentes de forma más fuerte cuando muchos indicadores coincidan o muchas direcciones vengan juntas, ya para bien o para mal”.

Aquí, una suma de lo que estos pasajes nos dicen: los regentes de los periodos planetarios superiores se encuentran a partir de las direcciones primarias de los significadores mayores. La misma lista aparece en Ptolomeo y en Schoener, excepto que Schoener añade el lugar de la Luna nueva o llena prenatal como un punto a dirigir. Cada uno de los significadores gobierna un área de la vida y, en tanto que es dirigido, hace aspecto a otros planetas. Éstos son los promisores. Cuando un promisor es contactado por un significador, su casa natal y las casas que rige {las del promisor} se vuelven de máxima importancia y se convierte en el cronocractor mayor con respecto a lo que el significador signifique.

Los tránsitos de Saturno-Kronos a estos lugares son los más importantes junto con los tránsitos de y a los regentes de los periodos y sus casas.

Luego, inmediatamente por debajo en significación de estos periodos mayores y sus regentes, de acuerdo a Schoener y Doroteo se encuentran los regentes de los términos que atraviesan los significadores mediante su dirección. Estos han de ser considerados junto con, pero subordinados a los periodos y regentes indicados por las direcciones de los significadores a los promisores. Ptolomeo omite este nivel de periodos y regentes.

Luego tenemos la profección anual de cada uno de los significadores a razón de un signo por año. Los regentes de los signos, así como la profección se mueven a través de ellos dando como resultado otro nivel de cronocractores, siendo los periodos de simplemente un año. Los tránsitos de Júpiter son especialmente significativos con respecto a las casas regidas y ocupadas por los regentes de las posiciones en profección. También es probable que las casas en sí mismas son reordenadas no desde la primera casa natal, sino desde la primera casa de la profección. Así, la primera casa del nativo es en verdad la primera casa con respecto a propósitos predictivos, sólo cada doce años, cuando la profección anual retorna a su posición natal.

Por debajo de este hay dos niveles más de profección con sus regentes. La profección mensual da una vuelta completa a la carta en un año de tal manera que coincida precisamente con la profección anual en el cumpleaños del nativo. Desde que la profección anual se mueve a razón de un signo por año, la profección mensual tiene que moverse a razón de trece signos por año para mantenerse. Si uno divide la duración de un año por trece, uno obtiene poco más de veintiocho días. Esta es la base de veintiocho días por signo figurada para la profección mensual dada por Ptolomeo. Esto provee un cambio de cronocractores cada veintiocho días. Las casas también han de ser contadas desde la primera casa de la profección mensual de la misma manera que con la profección anual, y el movimiento de los planetas rápidos Marte-Ares, el Sol, Venus-Afrodita y Mercurio-Hermes ha de ser tenido en cuenta de acuerdo a estas casas. De nuevo, las casa ocupadas por y regidas por los cronocractores son las más significantes.

Finalmente tenemos la llamada profección diurna, que no es realmente diurna, pero que se mueve a razón de aproximadamente 21/3 días por signo, una razón que hace necesariamente que la profección diurna se encuentre con la profección mensual al principio de cada periodo de veintiocho días. Para estas profecciones, los tránsitos de la Luna son los más importantes, y los regentes de los signos de esta profección son el nivel más bajo y últimos cronocractores.

El prefacio de Schmidt nos introduce una posible teoría basada en las palabras griegas usadas para todo esto, las cuales sugieren que los tránsitos o ingresos añaden intensidad al fondo de cualidades significadas por los cronocractoresmayores. Y el pasaje citado nos dice que los únicos tránsitos importantes son aquellos que envuelven ya los lugares regidos u ocupados por los cronocractores del tiempo. De cualquier manera, esto no está establecido de una manera completamente libre de ambigüedad, simplemente parece evidente que los regentes de periodos generales, aquellos indicados por las direcciones a los promisores, son los más importantes, posiblemente seguidos por los regentes de las divisiones y seguidos por los regentes de las varias profecciones.

Aquí está nuestra jerarquía de varias técnicas predictivas, y aquí está nuestra teoría de por qué algunos tránsitos parecen esencialmente inútiles. Yo creo que un serio error tal vez fue cometido cuando los renacentistas tardíos y los astrólogos del siglo XIX dejaron de considerar a las direcciones primarias como una fuente de periodos de regencia y comenzaron a utilizarlas únicamente como un método para calcular el tiempo de los eventos. Un error posterior fue cometido cuando todos los astrólogos, con algunas interesantes excepciones, dejaron de utilizar las profecciones. Estos dos cambios destruyeron nuestro entendimiento del uso y funcionamiento propio de los regentes de los periodos planetarios o cronocractores. Luego la situación fue agravada por la creación de muchas técnicas nuevas, vaciadas en un marco de referencia que ha sido destrozado por el fallo en comprender exactamente lo que los antiguos estaban tratando de hacer. De cualquier forma, debo concluir esta sección diciendo que la elegancia de estas antiguas técnicas ha de probar su eficiencia y funcionalidad. Pero incluso si los detalles de los métodos antiguos no se sostienen en la práctica, cualquier otro nuevo método ha de ser similar en su estructura. 

3 comentarios:

  1. Muy aclaratorio el artículo. Mi pregunta es en qué nivel de esta jerarquía se incluye la Revolución Solar. Y la otra pregunta es de qué manera se usaba la revolución solar.

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    1. Interesante pregunta, sr. La revolución, siempre e invariablemente, se usaba junto con la profección anual. Ambas se analizaban juntas, aunque la de mayor peso era la profección.

      ¿Cómo se usa la revolución? Es una pregunta aún más interesante. Primero que nada, se usaba al reverso de como los modernos la usan: la natal se superpone a la revolución, es decir, va afuera. Luego se ve qué signo/casa llegan al Asc. de la revolución.
      Si le interesa y sabe inglés, le recomiendo encarecidamente el libro "Persian Nativities III" de Ben Dykes; lo puede encontrar en internet. Si no, prometo que en algún momento haré algunas traducciones al respecto.

      Saludos.

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