Abu
Ali ibn ar-Rigal, conocido entre los cristianos como Abenragel, fue un
astrólogo árabe de clase alta que vivó a finales del siglo X y principios de
XI. Todo aquel hispanoparlante estudioso del arte sabe que su obra capital fue Kitāb
al-bāri' fi akhām an-nujūm, mejor conocida como Libro complido de los judizios
de las estrellas, traducida en 1254 para la corte de Alfonso X, el sabio.
Básicamente se trata de una monumental recopilación astrológica de la doctrina
de los eruditos más importantes en la materia hasta ese tiempo; la relevancia
del texto en la astrología hispana es tan grande que no necesita más
presentaciones.
Concerniente
al presente material, a pesar de encontrarse en una versión antigua de mi
lengua materna, ciertamente he batallado para traducir este fragmento que publico,
tomado de la edición para la Real Academia Española de Gerold Hilty. Escogí
este interesante apartado por la cantidad de ejemplos y técnicas que resume de
las opiniones de grandes astrólogos como Tolomeo, Doroteo, Valens, Alquindi,
Masha Allah y otros. He intentado hacer el texto lo más ligero posible,
eliminando gran cantidad de y y de e, modificando sentencias para hacerlas
más comprensibles y añadiendo signos de puntuación. Aun así quedaron partes que
no supe salvar, así que la entrada tendrá varias notas al pie. Sea como sea,
vale la pena estudiar este conjunto.
Por
último y como siempre, si vas a utilizar este texto en alguna publicación
física o electrónica, recuerda que implicó un trabajo y bebes mencionar esta
página y a su autor.
Aforismos en las
discordancias de los sabios antiguos
DESACORDARON en los términos y son cinco opiniones: la primara es de los egipcios, la segunda es de Tolomeo, la tercera es de los de Babilona, la cuarta es de los indios, la quinta es de Aztaratich. Mas la opinión que es más usada y más probada por la mayoría de los hombres es la de los términos Egipcios. Pocos hombres usan los de Tolomeo y nadie usa las otras opiniones, ni se fijan en ellas, pues están lejos de la Verdad.
Otro desacuerdo hay en las fases y son
tres opiniones: la primera es de los griegos, y es según el ordenamiento de los
cielos comenzando por Marte; la segunda es de los indios, y es comenzada sobre
el ordenamiento de las triplicidades; la tercera es de Alquindi. Pero la más verdadera
de ellas es la primera, en ella se acuerdan y aquella usa la mayoría de los hombres.
Y desacordaron en los grados masculinos y femeninos,
y son dos opiniones: la primara es la opinión de Antibeus, y ésta es la que
usamos y en la que acuerdan la mayoría de los hombres; la segunda es la de Vuelius(1), y ningunos de
los sabios se acuerdan en ella, mayormente los de partes de occidente.
Desacordaron también en la fortuna y en la
infortuna de los siete planetas. Dice Hermes que los planetas no son fortuna ni
infortuna, sino que cada uno de ellos tienen fuerza y poder en algunos hechos
apartados de los otros, así como Saturno que tiene fuerza en labrar tierra y en
sus semejantes; como Júpiter que tiene fuerza en juicios, en decretos y en sus semejantes;
como Marte que tiene fuerza en batallas, correr sangre y sus semejantes; como
el Sol que tiene fuerza en el reinado, la alteza y sus semejantes; como Venus
que tiene fuerza en yacer con mujeres, en vicios y en sus semejantes; como
Mercurio que tiene fuerza en la escritura, en la sutileza de entender y en sus semejantes;
y como la Luna que tiene fuerza en aguas, en mensajerías y en sus semejantes.
Y dice Tolomeo que las infortunas son
Saturno, Marte y el Sol, por ayuntamiento corporal y por oposición —y dice que
es, con las fortunas, fortuna—, y las fortunas Júpiter y Venus. Que Mercurio y
la Luna no son fortunas ni infortunas, mas que la Luna es más fortuna y más
fuerte que Mercurio.(2)
Dice Doroteo que las infortunas son
Saturno y Marte, no más, y que de ellos nunca se produce bien por ninguna
manera; que Júpiter y Venus son fortunas; y que el Sol, Mercurio y la Luna
pueden ser fortunas e infortunas según el poder del lugar y de los aspectos.
Dice Vuelius que las fortunas son Júpiter
y Venus y las infortunas Saturno y Marte. El Sol es infortuna en la conjunción
corporal —cuando el planeta esté con él en un grado no es infortuna—, y
Mercurio y la Luna con las fortunas, fortunas y, con las infortunas, infortunas.
Dice el que hizo el Libro de los ejemplos
que las fortunas son cuatro: Júpiter, Venus, la Luna y cabeza del Dragón; las
infortunas otras cuatro: Saturno, Marte, Sol y la Cauda; Mercurio fortuna con
fortuna e infortuna con infortuna. También las fortunas pueden ser infortunas y
las infortunas fortunas por accidentes. Mas las
infortunas cuando son fortunas, aquello de lo que dan, dan poco y tarde;
y las fortunas cuando son infortunas, hacen poco, diluido y ligero.
Y yo veo que lo que dijo Doroteo es mejor
y más cerca de la verdad que todos los otros dichos.
Desacordaron también en las cuestiones(3) y en las
elecciones. Tolomeo niega cuestiones y elecciones y dice que la verdad no está
sino en las revoluciones de los años, que el que fuere aventurado en su
nacimiento y en la revolución de su año, su partidor(4) y sus rayos en
los lugares afortunados, él será en aquel año afortunado; si fuere contrario de
esto, será en aquel año lazrado e infortunado. Su razón sobre esto es tal que
todos los antiguos están de acuerdo en las natividades y en las revoluciones de
sus años; el que tuviere en su natividad y en la revolución de su año que la
carrera no le es buena o el casamiento no le es bueno, y así hiciere una
elección o una cuestión, éstas no podrán ser buenas —pues ni la elección ni la
cuestión puede redrar lo que mostró la natividad y la revolución del año.
Tolomeo no pudo pasar en su entendimiento
ni en su seso que la elección o la cuestión puede redrar ninguna cosa de lo que
mostró la natividad y la revolución del año. Por esto creyó que las cuestiones
y las elecciones son nada, mentiras en las que no hay verdad, y que no puede
ser que cuando la revolución del año sea mala por carrera o por casamiento, que
elección alguna o cuestión pueden hacer que aquel hombre sea bueno para hacer
alguna de aquellas cosas. Tolomeo cree que si esto pudiese ser, que podrían
cambiar al hombre su ascendente y su nacimiento de un signo a otro y de un
planeta a otro. Y así como esto no puede ser, así cree que lo otro no puede ser
de la elección.
Dice Doroteo que las cuestiones son cosa
flaca y que la verdad está en las natividades, y siguen en verdad a las
natividades las elecciones, pues él nombra a las elecciones compensación de los
hechos, y dice que las elecciones son semejantes a las natividades. Su razón en
esta semejanza es tal que él otorga verdad a las natividades y las revoluciones
de los años como igualmente verdaderas; semejó la compensación de estos hechos
a las natividades porque la natividad es cosa que aconteció en aquella hora e igualmente cualquier cosa
que comience es cosa que aconteció en aquella(5) hora. Y él juzga
sobre la figura de la compensación de la cosa segunda la figura de la
natividad. Pues si compensamos labrar una pared, aquella compensación será la
natividad de aquella pared y, según esto, en toda compensación.
Vuelius dice que todo cuanto acaece en el
mundo, de esto es verdad: cuestiones, elecciones, natividades, revoluciones de
sus años y revoluciones de los años del mundo. Y son las revoluciones de los
años del mundo y las cuestiones una cosa y una significación. Dice que si
alguna de estas cosas mintiere, que todas mentirían, que no puede ser que si la
natividad y la revolución de año de algún hombre muestran daño de carrera o de
casamiento, que aquello mismo no apareciere en una cuestión, y ora ninguno no
lo podría catar sino según la cuestión, según la natividad y según la
revolución del año. Y si alguno de esos fuese cosa que mintiere, todas mentirían.
Si fuese cosa que la cuestión pudiese mejorar a sabiendas, que otro tal podría
mejorar la revolución a sabiendas. Y pues que él verificó estas razones, verificó
elecciones y cuestiones. Y en esta opinión y en este seso se otorga Hermes.
Yo veo que ésta es la verdad y la opinión
que debe seguirse y creer. Mas el filósofo que hizo el libro de los ejemplos
dice que las compensaciones son semejantes a las natividades y niega cuestiones
y elecciones. Dice su razón sobre esta, su opinión, que ve en un tiempo y en
una hora acaecer bien y mal, y vida y muerte, y sanidad y enfermedad, eso es
cosa que no puede ser, así como que el juicio de cualquiera de ellos sea igual(6). De esto entendió
que no era sino por las compensaciones y que las fortunas o las infortunas no
son sino por el atacir(7).
Desacordaron también en conocer el
significador(8). Dice Tolomeo que el significador es el
planeta que tiene mayor poder en el grado del ascendente –el cual es llamado
almuten–, las dos luminarias y la conjunción u oposición(9). Si eso no fuere,
será significador el planeta diurno, siendo de día, sobre la Tierra, y, de
noche, bajo tierra; o el planeta nocturno, siendo de noche, sobre la tierra, y,
de día, bajo tierra(10). Si eso no fuere, será el
significador el planeta más cercano al Sol(11).
Dice Doroteo que el significador es el
planeta enseñoreada sobre el grado del ascendente, sobre las luminarias y sobre
pars fortune. Si eso no fuere, será el significador el planeta que fuere más
cercano a la Luna, delante o detrás, porque es el planeta al que se dirige la
Luna primeramente o del que se aleja. En esta opinión se otorga Hermes.
Y dice Vuelius que el significador es el
planeta que fuere oriental del señor del ascendente y occidental del señor del
séptimo, y cualquier planeta que acaezca de esta manera, él es el significador.
Si alguno no fuere de esta manera, debes fijarte en los ángulos: cual quiere
planeta que sea en ángulo y tuviere alguna dignidad en el ascendente, él será
significador. Si ninguno estuviere de esta manera, mira en el planeta que ha de
llegar antes al grado del ascendente por el movimiento del firmamento(12), no por el movimiento
de los planetas por los signos, y aquel será el significador.
Y dice el filósofo que hizo el Libro de
los ejemplos que el significador es tomado de tres maneras, una sobre otra: se
trata de los ángulos, los sucedentes y los cayentes de los ángulos. Debes fijarte
y observar al hombre a quien juzgas y a su estado, si fuere rey, miran en el
planeta luciente que tenga dignidades en los ángulos y mayormente que tenga
señorío en medio cielo y, de día, sobre el Sol; y, de noche, sobre la Luna; aquel
planeta será el significador. Y si fuere el hombre a quien juzgas de los
medianos, fíjate en el planeta que tuviere dignidad y señorío en los sucedentes
y, mayormente, que tenga dignidad en la XI casa y sobre el Sol de día y sobre
la Luna de noche; aquel será el significador. Si fuere el hombre a quien juzgas
de los bajos, mira en el planeta que tuviere dignidad y señorío en los decadentes,
mayormente si tuviere dignidad en la XII casa y sobre el Sol de día y sobre la
Luna de noche; aquel será el significador.
Y Messeallah dice que el significador debe
verse y conocerse de las dos quebraduras de la Luna(13) y de su
oposición, pues si hallares con la Luna, en su cuadratura o en su oposición un
planeta que tengan dignidad en el ascendente y en el signo en que se encuentra
la Luna, aquel será el significador. Si no hallares planeta de esta manera,
fíjate en la Luna: si aspecta a algún planeta que tenga dignidad en el
ascendente, aquel planeta será el significador. Y si la Luna no aspecta a algún
planeta que tenga dignidad en el ascendente, será la Luna misma el
significador.
Dice Abnelfarhan que el significador es el
planeta enseñoreada sobre el grado del ascendente, el que mayores dignidades
tenga en el grado. Y si eso no fuere, será el significador el planeta que antes
saliere del signo en que se encuentra a otro signo.
Desacordaron también en las determinaciones
de los juicios(14), qué es lo que debe juzgarse. Pues Tolomeo
dice: Yo veo que se deben poner las cosas de tres maneras. La primera es lo que
ha pasado; de qué manara se disolverá y se dañará. La segunda es aquello que ha
pasado; si se afirmará o no se afirmará. La tercera manera es lo que ha de venir,
si será o no será. Y en este dicho y en esta partición se otorgan y se acuerdan
muchos de los antiguos y muchos de los nuevos se acuerdan y obran por ella.
Doroteo dice: yo veo que hay que partir
las cosas en cuatro partes. La primara parte es lo que fue y es pasado, la
segunda parte es lo que fue y es presente, la tercera es lo que es presente y
va a ser y la cuarta parte es lo que no es y será.
Y dice Vuelius: digo que cuanto hay en el
mundo se parten en dos maneras. La una es cuestión por lo que pasó, si fue o no
fue; la otra es la demanda por lo que ha de venir, si será o no será. Dice que
en todo el mundo no hay cosa que no se encierre en estas dos manaras.
Y dice el de los ejemplos que todo cuanto
hay en el mundo se encierra en cinco manaras. La primara manera es la demanda por
lo que pasó, si fue o no fue; la segunda manera es la demanda por lo que ha de
venir, si será o no será; la tercera manera es la demanda por lo que no fue ni
será; la cuarta es la demanda por lo que es presente, si es cumplido su fin o
no es cumplido; y la quinta manera es la demanda acerca de en qué tiempo fue lo
que fue y en qué tiempo será lo que será.
Dice Messehallah que el cielo es puesto
sobre seis formas de demandas. La primara parte es si demandó el demandador por
alguna cosa o no demandó; la segunda parte es pues que, si demandó por alguna
cosa, por cuál de ellas demandó; la tercera parte es dónde es; la cuarta parte
es cuánto es; la quinta parte es si será o no será; y la sexta parte es cuando será.
Dice Abnelfarhan que todas las cosas del
mundo se deben poner en tres manaras: en lo que es pasado, presente y porvenir.
Y desacordaron también en saber la
cogitación del demandador y de qué manera se buscará y que significación debe
haber sobre él.
Dice Doroteo: Cuando quisieres saber la
cogitación del demandador, fíjate en el señor de la triplicidad del ascendente,
el primero, y ve si fuere en su casa, en su exaltación, en su triplicidad o en
su término, y juzga por el lugar donde lo hallares. Si lo hallas en la segunda
casa, juzga que la demanda fue por haber o por sus accidentes. Según esto, juzga
por el lugar donde fuere, en cuál casa, y juzga de las significaciones de aquella
casa. Pero si aquel planeta estuviere en los decadentes, en su decaimiento(15) o en los logares
en que no tiene dignidad ninguna, no juzgues por el suyo lugar, y fíjate en el
planeta que echa los rayos sobre él, no destaiandolo(16) el Sol ni otro
planeta, y juzga por aquel planeta y por el suyo lugar.
Y esta era la opinión de Hermes y de gran
compañía de los antiguos que la siguen y obran por ella.
Vuelius dice: Cuando quisieres saber la
cogitación, miran en el planeta que se separa de la Luna, del que es en su
oposición o del que es en su quebradura y de él sabrás la cogitación. Si no
hubiere tal planeta, mira el planeta a quien llega la Luna primeramente y juzga
por él si tuviere alguna dignidad en el ascendente o en el lugar en que se
encuentre. Si no tuviere dignidad en el ascendente ni en el suyo logar en que
es, mira en la casa de otro planeta que le aspecte, si es en su exaltación, y juzga
por él.
Y esta es la opinión de Feryz y gran
compañía de los sabios romanos obran por ella y no otra.
Dice Messehallah: Primeramente conviene
partir las cosas en cuatro partes, que son animales, vegetales, minerales y hechos. Los hechos son los hechos que hacen los hombres según carreras,
casamientos, visiones, sueños y las otras cosas de los hechos de los hombres;
todos están encerrados en las significaciones de las doce casas. Y cuando
quisieres conocer la cogitación del demandador, si fue por hecho de alguno de sus hechos o si fue por alguna de las otras
tres, fíjate y mira en alguno de los siete planetas: que esté en algún lugar de
los hechos y otro planeta, si tiene
exaltación sobre él. Dicho exaltamiento de planeta sobre otro planeta es el
planeta en el décimo signo desde el signo en que aquel primero se encuentra, y entonces
se dice que es este planeta exaltado sobre aquel. Si esto hallaras, juzga que
la demanda fue por alguno de los hechos; si ningún planeta lo hallares exaltado
sobre otro, juzga que la demanda fue por una de las otras tres cosas. Cuando así
fuere y quisieres saber cuál de las tres es, fíjate en el planeta que se exalta
sobre otro planeta de los siete, excepto la Luna, y mira cuál es la propiedad
de aquel planeta y la propiedad del signo en que se exalta sobre el otro, y juzga
de eso. Y fíjate en la Luna: si aplica a cualquier planeta o si se une con él
antes que se una con otro, juzga que la demanda fue por vegetables; si la Luna
no busca a aquel planeta ni se une con él y el Sol le aspecta o se le une antes
que con otro planeta, juzga que la demanda fue por animal; si ninguno de esto
fuere de la Luna ni del Sol, juzga que la demanda fue por cosa mineral, no
siendo de las otras cosas ninguna, y juzga según la propiedad del planeta y del
signo en que está.
Y dice Atebáry: Cuando quisieres saber la cogitación,
mira el planeta que está en ángulo o que antes fuere en ángulo y que tenga
alguna dignidad en el ascendente y en la luminaria del tiempo, el Sol de día y
la Luna de noche, y juzga según la dignidad y la partición de aquel planeta en
el cielo. Si ningún planeta estuviere en los ángulos y estuviere en los sucedentes
y fuere señor de la casa del ascendente o de su exaltación, siendo almuten, sabrás
que la significación es en sucedente; si dos planetas, tres o más hallares de
esta manera, toma el que sea más fuerte en su lugar y el que más dignidades
tenga en el ascendente o en el luminar del tiempo(17) y juzga según sobre
este primero. Y en todas guisas te conviene fijarte en el significador(18), a cuál de sus
casas aspecta, y juzga la cogitación según esto. Y si todas los planetas fueren
cadentes, toma de los cadentes el que tenga mayor dignidad en el ascendente y
en la Luna y tómalo por significador, fíjate en cuál de sus casas aspecta y
juzga según esto, según su partición y según su dignidad en el cielo. Estas son
las cuestiones en que desacordaron los sabios antiguos en las raíces.
Mas en lo que desacordaron en las ramas:
según tomar la significación de los padres de la IX casa; de las bestias en la
VI; de los hijos en la X; y de las mercancías, el ganar y el perder en la X. De
esta manera hay muchos desacuerdos y todos traen daño a los aprendices y a los
que no son fundados en esta ciencia, ni acabados en esta obra. Mas el sabio
acabado y fundado en la ciencia, cuando ve alguna cosa que sea fuera de las
raíces otorgadas y verificadas, la
arredra, la niega y la juzga según entiende de las cosas que son en carrera de
las raíces sanas y unificadas. Dios nos guie a las carreras del saber y del
entendimiento.
(1)
La
opinión de Vuelius (Vettius Valens) era que los primeros dos grados y medio de
un signo masculino eran grados masculinos, los segundos dos grados y medio eran
femeninos y así hasta cumplirse los treinta grados con doce divisiones. Para
los signos femeninos era a la inversa, los primeros dos grados y medio eran
femeninos y los siguientes dos grados y medio eran masculinos. Con respecto a
la opinión de Antibeus, admito mi ignorancia, pero supongo que es la
tradicional división desigual de grados que puede encontrarse en varias tablas
junto con las listas de grados pozos, nebulosos, luminosos y demás.
(2)
A
juzgar por la lectura del Tetrabiblos, podemos ver que la opinión de Tolomeo se
puede exponer de mejor forma diciendo que sí, ciertamente los maléficos son
Saturno y Marte, los benéficos Júpiter y Venus, pero con respecto al Sol y Mercurio nos dice que su influencia, ya
benéfica o maléfica, depende del planeta con que se conecten. Podemos decir que
éstos últimos son maléficos o benéficos accidentales, siendo unos u otros ya
aspecten de tal o cual manera, estén dignificados o no. Por último, aunque
Tolomeo no lo dice directamente, da a entender que la Luna es un benéfico,
aunque más cercano a una verdadera neutralidad o no participando ya del juego
benéfico-maléfico.
(3)
Horarias.
(4)
Se
puede sobre entender que el partidor
es ya, con respecto a la natal, el significador general, el cual se verá más
adelante; y con respecto a la revolución, el señor de la revolución que se
puede tomar siguiendo el mismo método que se siguió en la natal o eligiendo al
planeta más poderoso de la carta anual o señor del tiempo.
(5)
Es
decir, que el nacimiento se basa en calcular la posición de los astros para un
momento determinado en que inicia algo: la vida. Por otro lado, la elección
hace lo mismo, calcula la posición de los astros para un momento determinado en
que inicia algo: una acción humana cualquiera.
(6)
Es
decir, concerniente al tema de las cuestiones (horarias) ciertamente resulta
extraño que se pueda levantar una carta en un momento que indique mucho bien y
cinco minutos después se pueda levantar otra que indique mucho mal.
(7)
Direcciones.
(8)
Significador
general de la natividad, Rex o Almuten de la carta, el planeta más importante y
más representativo con respecto a la natividad y al nativo.
(9)
Syzygy,
el grado de zodiaco donde se encontraban el Sol y la Luna la última vez que
hicieron conjunción antes de nacimiento o, en caso de que dicha natividad haya
sucedió después de la Luna llena, el lugar dónde se encontraba la Luna cuando
se opuso al Sol.
(10) Conocido como
Señor de la secta. Ahora, hay quien lo posiciona como el inmediatamente
inferior en jerarquía de relevancia al almuten de la carta.
(11) Añadiría que
siendo oriental en caso de los superiores y no estando combusto o bajo los
rayos.
(12) Dirección
primaria.
(13) Cuadraturas.
(14) Este desacuerdo es
particularmente interesante, mues nos orienta en las verdaderas posibilidades
de la astrología, las cosas que puede juzgar y las que no, teniendo en cuenta
que hoy en día no se entiende muy bien cuáles son los propósitos y límites del
arte.
(15) Supongo que
Desterrado o Caído.
(16) Por más que releí,
no encontré la traducción correcta, pero supongo que se refiere a la aflicción
por conjunción o aspecto.
(17) El Sol de día y la
Luna de noche.
(18) El almuten de la
carta que se trató en los párrafos anteriores.
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